LA HISTORIA
Las Escuelas Superiores de Conservación y Restauración de
Bienes Culturales (como los Conservatorios Superiores, las Escuelas de Arte
Dramático y otras, las Enseñanzas Superiores Artísticas) otorgan, desde la
LOGSE, titulaciones equivalentes a las universitarias, antes (LOGSE)
equivalentes a diplomado:
Artículo 49. 1. Los estudios correspondientes a la especialidad de Conservación y
Restauración de Bienes Culturales tendrán la consideración de estudios
superiores. Los alumnos que superen dichos estudios obtendrán el título de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales, que será equivalente, a todos
los efectos, al título de Diplomado Universitario.
Esa ley orgánica (LOGSE) es el origen reciente del problema. En esa
norma, se equipararon por fin las titulaciones artísticas a las universitarias
(licenciado o diplomado, según los casos), pero sin modificar la regulación
funcional, que equiparaba a institutos de bachillerato o de formación
profesional a los centros que las impartían. Más allá de esa aberración
legislativa, el desorden se ampliaba a una ordenación académica que limitaba el
recorrido académico de las enseñanzas artísticas al segundo ciclo, obviando la
importancia del doctorado y restringiendo la investigación en las disciplinas
artísticas. Esa equiparación -limitada a las titulaciones- impidió además que
los centros y las propias enseñanzas se ubicasen en un espacio adecuado a su
carácter superior, como sí ha ido ocurriendo con otras enseñanzas que se han
integrado en la universidad, de Bellas Artes a Educación Física y Deportiva, de
Enfermería a Fisioterapia.
Con la LOE, se mantiene la misma estructura,
ahora sugiriendo la equivalencia a
Grado. Nótese que no se cita el “grado”, sino un “título superior”
Art. 57. 2. Los alumnos que superen estos estudios obtendrán el título Superior de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales, que será equivalente a todos
los efectos al título universitario de Diplomado o el título de Grado
equivalente
Conviene citar la Disposición Adicional 22 de esa ley,
según la cual “en el
supuesto de que en el proceso de ordenación de la enseñanza universitaria se
definieran en el futuro títulos que correspondan a estudios regulados en la
presente Ley, el Gobierno, previa consulta a las Comunidades Autónomas, podrá
establecer el oportuno proceso de transformación de tales estudios”, lo que obviamente no se ha producido.
El desarrollo de esa LO se produce en el Real Decreto 1614/2009 (El objeto de la
discordia):
Art. 8. 2. Los títulos de Graduado o Graduada en
enseñanzas artísticas tendrán la denominación que a continuación se establece,
seguida de la especialidad correspondiente:
- Graduado o Graduada en Música.
- Graduado o Graduada en Danza.
- Graduado o Graduada en Arte Dramático.
- Graduado o Graduada en Conservación y Restauración de Bienes Culturales.
- Graduado o Graduada en Diseño.
- Graduado o Graduada en Artes Plásticas.
Pero además, se introdujo una Disposición
adicional séptima, que fue vista por la Universidad como un ataque a su
independencia:
Ante lo cual varias universidades
interpusieron un recurso ante el TS contra dicho RD, que finalmente fue parcialmente aceptado.
Con fecha del 13 de enero de 2012 la Sala de lo
Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo dictaba una sentencia en la que
estimaba de forma parcial la impugnación por parte de la Universidad de Granada
del Real Decreto 1614/2009, que establecía la ordenación de las enseñanzas
artísticas superiores reguladas en la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo de
Educación (LOE). La demanda de la Universidad de Granada, nacida en su facultad
de Bellas Artes, se explicaba en el hecho de que las enseñanzas artísticas
condujesen a un título de Grado que ya existía en la universidad (Conservación
y Restauración de Bienes Culturales).
El último paso es la anulación de la
denominación, mediante RD (sigue en borrador):
Art. 1. 2. En
cumplimiento de las sentencias 299/2012, 320/2012, 321/2012 y 348/2012 del
Tribunal Supremo se modifica una de las cualificaciones referidas al Nivel 2
(Grado) del anexo del Real Decreto 1027/2011, de 15 de Julio, por el que se
establece el MECES: se sustituye la denominación de “Título de Graduado de las
Enseñanzas artísticas superiores” por la de “Título Superior de las Enseñanzas
Artísticas Superiores”.
Mientras tanto, las autoridades autonómicas
parecieron no enterarse, modificando incluso el plan de estudios (17 Abril
2012) sin señalar la modificación de la denominación. Por ejemplo, la Xunta de
Galicia:
CORRECCIÓN
de erros. Orde do 30 de setembro de 2010 pola que se establece o plan de
estudos das ensinanzas artísticas superiores de grao en conservación e
restauración de bens culturais na Comunidade Autónoma de Galicia e se regula o
acceso ás ditas ensinanzas.
Dado que la redacción de la LOMCE estaba en
trámite cuando se conocieron esas sentencias, en los borradores se ha intentado
dar solución mediante la siguiente redacción:
Cuarenta
y uno. El apartado 2 del artículo 56 queda redactado de la siguiente manera:
“2. Los alumnos que superen estos estudios obtendrán el Título Superior de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales, que queda incluido a todos
los efectos en el nivel 2 del Marco Español de Cualificaciones para la
Educación Superior y será equivalente al título universitario de grado. Siempre
que la normativa aplicable exija estar en posesión del título universitario de
Grado, se entenderá que cumple este requisito quien esté en posesión del Título
Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales.”
Desde entonces, hemos tratado de influenciar
al Ministerio para que solucionase esta situación mediante la integración de
las EEAASS en la Universidad.
A nuestro modo de ver, la clave radicaría en la adscripción de los
centros y de sus titulaciones a las universidades, con lo que los títulos
serían universitarios de pleno derecho, pero esa adscripción también implicaría
notables mejoras en el funcionamiento de los centros, dado que los centros
adscritos deberían regirse por la normativa universitaria. El Ministerio de
Educación incluso podría promover una mejora sustantiva del marco laboral del
profesorado equiparándolo al que regía para los profesores y catedráticos de
escuela universitaria en cuanto a funciones, responsabilidades y retribuciones.
Al mismo tiempo ello permitiría la puesta en marcha de estudios específicos de
Posgrado (master y doctorado). Aun cuando todo el proceso implicase algunas
modificaciones normativas, los resultados previsibles las compensarían. Por
supuesto, a este proceso no pueden ser ajenas las propias universidades, en
tanto debieran considerar el perjuicio que se está causando a un amplio
conjunto de estudiantes.
Tanto el Ministerio como las Comunidades Autónomas tienen ante sí la
posibilidad de solucionar un problema, que afecta a un número muy elevado de
estudiantes, de la forma más plausible y eficaz, pues la propia LOE en su
artículo 58, apartado 4, contempla la posibilidad de que Comunidades Autónomas
y universidades de su ámbito territorial establezcan convenios para la
organización de estas enseñanzas.
Lo único que hemos logrado (en el borrador de
la LOMCE), es la siguiente referencia:
Cuarenta
y tres. Se añaden dos nuevos apartados 7 y 8 al artículo 58, con la siguiente
redacción: “7. Las Administraciones educativas podrán adscribir centros de
Enseñanzas Artísticas Superiores mediante convenio a las Universidades, según
lo indicado en el artículo 11 de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de
Universidades.
En realidad, esa referencia dice
implícitamente que las administraciones autonómicas podrían adscribir los
centros incluso antes de la entrada en vigor de la LOMCE (se hace referencia a
LOU), aunque también queda descrito en el artículo 58 de la LOE:
4. Las
Comunidades Autónomas y las universidades de sus respectivos ámbitos
territoriales podrán convenir fórmulas de colaboración para los estudios de
enseñanzas artísticas superiores regulados en esta Ley.
Por supuesto, en la LOU se contemplaba esa
posibilidad:
Artículo
11. Centros de educación superior adscritos a universidades. 1. La adscripción
mediante convenio a una universidad pública de centros docentes de titularidad
pública o privada para impartir estudios conducentes a la obtención de títulos
de carácter oficial y validez en todo el territorio nacional requerirá la
aprobación de la Comunidad Autónoma, a propuesta del Consejo de Gobierno de la
universidad, previo informe favorable de su Consejo Social.
De hecho, la Secretaria de Estado de Educación
(Montserrat Gomendio), declaraba lo siguiente en Octubre de 2012:
“… y si bien la mayor parte de los consejeros se manifiestan
por la no integración en la universidad, hemos recibido más de 10.000 correos
electrónicos de ciudadanos que sí la reclaman, por lo que el Ministerio estudiará la oportunidad de practicar esta integración,
teniendo en cuenta que el ordenamiento jurídico actual permite la integración
voluntaria. Ruega a todos los consejeros que envíen sus aportaciones y
manifiesta su disposición para el diálogo.”
Sin embargo, tanto desde Galicia pero también
en otras comunidades autónomas, ha sido imposible movilizar de la postura
contra la integración en la Universidad a los respectivos Consejeros de Educación.
LAS
CONSECUENCIAS
Las consecuencias para el alumnado (y los
Centros, y su profesorado) son demoledoras. La primera, es la anulación de la
titulación de Grado para los egresados de esos estudios.
La sentencia del Tribunal Supremo,
impecable en su argumentación, deja a un elevado número de estudiantes de toda
España sin la titulación de Grado prometida. El Ministerio de Educación propone
en la nueva LOMCE la recuperación del “Título Superior” previsto en la LOE,
similar al ya contemplado en la LOGSE, y que equivaldrá, se dice, “a todos los
efectos”, al título de Grado. Se prolonga así, con inefable terquedad, un
esquema para las enseñanzas artísticas a día de hoy fracasado.
Sin embargo, se
puede hacer una lectura más sosegada de todo esto. Se ha querido definir como
de orden “estético” la pérdida de la denominación de “grado”, aunque sin
embargo se esconde una trascendencia mayor, puesto que demuestra el fracaso del
esquema organizativo planteado en la LOGSE y LOE. Las consecuencias reales son
graves, y tienen que ver con el esquema diseñado, fuera de la universidad:
- Un grupo creciente de universidades están implantando títulos de grado en todas las especialidades propias de las enseñanzas artísticas, lo que (como ha ocurrido siempre en la Conservación) se puede prever una multiplicación de titulaciones universitarias en EEAASS.
- En consecuencia, se crearán (desde hace años en CR) dos niveles de titulaciones: los “universitarios” y los “de medio pelo”, los “equivalentes”. Es probable que con el tiempo los grados tengan preferencia en determinados concursos públicos en los que se dé preeminencia a las titulaciones universitarias como ya ha ocurrido en no pocos casos. Muy recientemente la Dirección General de Profesorado de la Generalitat de Cataluña establecía que en determinados concursos se tendrían en cuenta titulaciones estrictamente universitarias.
- Por supuesto, lo anterior tiene evidentes consecuencias en el ámbito profesional y laboral en los egresados.
- La consecuencia de no pertenecer a la Universidad resta enorme cantidad de oportunidades al alumnado. El mejor ejemplo se aprecia en la política de becas, en las que con frecuencia sólo se convoca a los estudiantes universitarios. Por ejemplo:
- http://www.santander.com/csgs/Satellite/CFWCSancomQP01/es_ES/Corporativo/Sostenibilidad/Santander-Universidades/Becas-Santander.html
- http://www.feuga.es/index.php?V_dir=contents&V_mod=articulos&id=17
- Otra cuestión de fuerte calado es el condicionamiento de la movilidad internacional de los titulados: ¿se reconocerán sus titulaciones?, ¿esas “equivalencias” son reconocibles en Europa?. Creemos que no, dado que no se cumplen algunos de los principios del EEES (Bolonia):
- Los títulos no han sido acreditados por una Agencia Externa (ANECA)
- No se imparte doctorado
- Todavía no se ha regulado el Suplemento Europeo al Título
- Por supuesto, a nivel organizativo, los centros educativos mejorarían enormemente (carecemos de legislación de referencia), y probablemente el estatus laboral del profesorado. En la actualidad, se regulan como Institutos de Secundaria. Y la investigación es, obviamente, inexistente.
La consecuencia es una fuga
constante de alumnado desde las Escuelas Superiores a la Universidad, que hace
peligrar el futuro de estos centros.
OTRAS FUENTES DE
INFORMACIÓN Y OPINIONES:
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