La Educación Superior posee una característica
diferencial respecto al resto de niveles instructivos: el adjetivo “superior” no parece
calificar una mayor calidad ni excelencia, más bien diferenciar etapas. Se
configura entonces como el último paso del proceso educativo, la culminación en términos de formación académica. Y como consecuencia, en esta fase
se entrecruza el conocimiento publicado con aquel que docentes y alumnos deben
generar para alimentar la totalidad del sistema educativo, la innovación
productiva, la actividad profesional, la cultura; el avance en suma de la
sociedad en la que se integra y que financia su actividad. Entendemos entonces
que la particularidad esencial de la Educación Superior es ese liderazgo en
términos de renovación de conocimiento.
En efecto, y especialmente en sus últimas
fases (doctorado, aunque también durante máster y grado), todos los actores
participan de un hecho novedoso: la formación adquirida ya no sólo se sustenta
en el conocimiento consolidado, sino que se complementa con saberes
innovadores, generados tanto por el docente como por el alumnado en el proceso mismo de
formación. Por encima de todo y sin desdeñar la labor docente, el profesorado de
la Educación Superior debe ser consciente de que sus obligaciones superan esas
responsabilidades, alcanzando ahora el avance científico de la disciplina que
imparte. Esta reflexión exige al profesorado de las Enseñanzas Artísticas
Superiores (EEAASS) una nueva y para algunos inesperada disposición ética,
imponiendo no sólo obligaciones docentes sino paralelos esfuerzos en términos
investigadores.
Por más que resulte fundamental, no sólo es
necesario un personal capacitado y motivado. Se exige asimismo una tradición,
una dinámica, legislación adecuada y estructuras materiales pertinentes. Todo
ello, en mayor o menor medida, es patrimonio intrínseco de la Universidad, su
rasgo primordial, su sentido primigenio. Y explica que en la mayoría de la
documentación consultada se produzca una automática equiparación entre
Universidad, investigación y Educación Superior.
Para ilustrar las ideas precedentes se
recomienda la lectura de la Declaración
Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción, que
puede consultarse en el portal de la UNESCO. A nivel europeo, la declaración de
Bolonia y todos los documentos subsiguientes abundan y consolidan la misma
idea. Por citar un ejemplo significativo, parece conveniente traer a colación
la Declaración de Bergen (2005) http://www.eees.es/es/documentacion-documentacion-basica
“Subrayamos
la importancia de la educación superior en la mejora de la investigación y la
importancia de la investigación en el apoyo de la educación superior para el
desarrollo económico y cultural de nuestras sociedades, así como para la
cohesión social. Somos conscientes de que los esfuerzos para introducir
cambios estructurales y mejorar la calidad de la enseñanza no deben detraerse
del esfuerzo para reforzar la investigación y la innovación”.
Esas obvias ideas, que impregnan el espíritu
mismo de la Universidad, no han sido adecuadamente desenvueltas en el ámbito de
las EEAASS. Por el contrario, han sido solventadas con desinterés por el
legislador y sus diestros asesores, colocando las EEAASS en un espacio
indeterminado y vacío de estímulos. Ya citábamos en otro escrito la tenaz y
literal coincidencia de un texto en varias referencias legislativas: “los centros de superiores de
enseñanzas artísticas fomentarán programas de investigación en el ámbito de las
disciplinas que les son propias”.
Dicho párrafo se publicó por vez primera en la LOPEG (1995), reapareció en sus
mismos términos en la LOE (2006) y final y cansinamente en el Real Decreto
1614/2009. Nada se ha hecho (se ha sufrido en carne propia) para desenvolver un
texto que no ha pasado de ser un fingido desiderátum.
Y sin duda ilustra la incapacidad administrativa para dotar a las EEAASS de las
estructuras necesarias para desenvolver investigación. Pero también debe
reconocerse que, desde las mismas EEAASS, se han aportado asombrosas opiniones
cuya calificación preferimos no abordar ahora. Por poner un ejemplo, la
reflexión de Pau Monterde en su comparecencia en el Congreso de los Diputados
como representante de la omnipotente Asociación de Centros Superiores de
Enseñanzas Artísticas (ACESEA), con motivo de la tramitación de la LOE http://www.artediez.es/auladiez/news/monterde.pdf):
“…Se
me preguntaba sobre si algunas de estas enseñanzas podrían estar en la
universidad y yo manifestaba mi opinión de que es mejor que estén fuera,
pero estar fuera no significa dejarlas al nivel de la secundaria, sino
situarlas en el nivel de la enseñanza superior que el proyecto de ley recoge. Hay
un tramo que es clarísimo que puede y debe estar en la universidad, que es el
doctorado, es decir, la investigación…”
Por tanto y
sorprendentemente, todavía hay un sector dentro de las EEAASS que pone en tela
de juicio la mayoría de las reflexiones precedentes y separa poco
reflexivamente Educación Superior de investigación. Son los mismos que
propugnan desde la rusticidad que las EEAASS son parte del Espacio Europeo de
la Educación Superior (EEES) pero sin investigación ni doctorado. Cuesta
entender el objetivo perseguido: ¿desean ser Educación Superior renunciando a
una parte primordial de su sentido?, ¿quieren que Europa diseñe un EEES adaptado
a sus mediocres ambiciones?, ¿qué se hace con las disciplinas que desde las
EEAASS contemplan la investigación como una labor esencial?. El predicamento
que estas opiniones han tenido en la esfera política explica que el legislador
haya decidido dejar sin doctorado a las EEAASS. Y como consecuencia, se haya
cercenando la posibilidad de cumplir los requerimientos investigadores que
exige la Educación Superior y las haya condenado a su expulsión del EEES.
Llegados a este
punto, deberíamos revisar la situación actual de la investigación en las EEAASS
y las opciones de futuro, lo que dibuja un escenario yermo pero, precisamente
por ello, necesariamente esperanzador. El estudio de la realidad actual nos muestra
el siguiente diagnóstico:
- Las EEAASS no pueden impartir doctorado, motor esencial de la investigación universitaria.
- Resulta difícil el reconocimiento mismo de los centros de EEAASS como centros de investigación y, por tanto, presentarse a las convocatorias oficiales de proyectos de I+D.
- Al profesorado se le valora exclusivamente la labor docente, sometido a horarios excesivos (no “superiores”) que impiden una carrera investigadora paralela.
- Además, ese profesorado carece de estímulos, cuando no de barreras, para realizar investigación y, como consecuencia, los currículos investigadores de los centros son poco competitivos y no pueden rivalizar con los grupos de investigación universitarios.
- Como ejemplo de lo anterior, la carrera profesional del profesorado no contempla la formación especializada, la publicación científica, la dirección de tesis doctorales o el liderazgo de proyectos de investigación.
- La ausencia de autonomía (y de oficinas de transferencia de tecnología) de los centros impone barreras insalvables para realizar acciones esenciales de I+D+i: gestionar proyectos, contratar personal, ofrecer servicios especializados, establecer convenios, etc.
Todo lo anterior
explica la falta de recorrido investigador de las EEAASS españolas, retrasa su
adecuación investigadora, su normalización como centros de la Educación Superior
y, en consecuencia, su capacidad de competencia frente a centros similares españoles y europeos.
La tosca organización jurídica ha supuesto asumir irreflexivamente la renuncia
a recursos financieros, oportunidades laborales y estímulos profesionales para
las EEAASS. En consecuencia, los investigadores de las EEAASS más tozudos han tenido
que trasladar sus energías a la Universidad y solicitar su paternal apoyo,
perdiendo para los centros honores, contratos de personal y recursos materiales
a favor de aquella.
En la actualidad,
estamos ante una oportunidad histórica de resolver los problemas de las EEAASS,
cercanos a la publicación de la nueva LOMCE que modifica la LOE; observando las
nuevas (y exitosas) presiones de ACESEA para mantener el statu quo, hemos decidido junto a los compañeros de la Plataforma enfrentarnos
con energía a esta situación, rechazar el silencio cómplice y ayudar a explicar
una situación irregular e injusta. Creemos imprescindible hacer llegar al
Ministerio nuevas versiones, voces mayoritarias que conduzcan a la integración
de las EEAASS en su territorio natural, la Universidad. En esta nueva fase,
cargados de ánimo y verdad, llegaremos hasta donde haga falta, incluso a los
tribunales, para denunciar las oportunidades sustraídas a las disciplinas
artísticas, a sus profesores, a sus alumnos. En esta tarea, solicitamos de
todos vuestra ayuda, os animamos a sumaros a esta marea creativa. Como mínimo, regaladnos
vuestra firma, por lo menos digital (1) y a poder ser también física (2)
(2) http://www.eeaassuniversidad.guidoblogs.org/
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